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martes, 20 de diciembre de 2011

Pacífico


Sumario de experiencias que no suman emociones... las transforman. Criterios entreabiertos, 
silencios mortales que quiebran un trozo de presente. Así muchas cosas se han ido, así eternos amores en el tiempo se han perdido. No hay culpas en el amor, no hay causas ni consecuencias 
que desencadenen lo que luego ocurra con ese padecer. Tantas cosas que, dentro del calendario, faltarían días y noches para explicar ese viaje planetario.


"Hay un momento de nuestras vidas en que podemos
ver la profundidad, y cuando llegamos a lo hondo
palpamos el verdadero reflejo de nuestro rostro,
de nuestro espíritu, con claridad.

Quizá las aguas se vuelvan turbias alguna vez,
quizá la esencia de las cosas se vea amenazada con cambiar,
pero el sentido y la respuesta estará en tí,
nada más colectivo por hacer y enseñar."
(Observando el paisaje lleno de nostalgia...)
Caen las hojas que muchas veces fueron sopladas por un jóven anciano, quien cerrando puertas con lazos de tristeza, abrió consejos a sus nietos. Que "el sentido de la vida no es más que ese uno, el mismo que todos tenemos, pues aquello que elegimos, nos hace bien. Sea desde el más doloroso y boicoteante castigo, hasta los más inimaginables paraísos en que la mente y el corazón pueden ahondar."
(Sintiendo más allá de los sentidos, llenos de algo llamado vida...).